lunes, 26 de julio de 2010

La música como mercancía.

Para mí, la música es el arte más espiritual que hay. Es tan expresivo y directo. Tiene tantos recursos: melodía, ritmo, armonía, lírica. Tanto para expresar nuestras emociones, y para hacer algo provechoso para la mente.

Hay testimonios de personas con mentes cerradas a ciertos tipos de pensamiento que fueron convencidos o transformados a través de la música, para bien o para mal. Digo esto porque, como existe la música que edifica, existe la que corrompe... y conozco personas corrompidas que son el reflejo de lo que escuchan (y ven en la tele, y en las revistas... pero eso vamos a tratar otro día).

Vemos pocos ejemplos de famosos admirados por ser íntegros, por ser personas ocupadas en transmitir mensajes de aliento, de esperanza, de piedad, de amor verdadero... de valor. Tengamos en cuenta que el altruismo moderno ya no es una virtud, ya que puede estar impulsado por intenciones no genuinas de beneficiar "por amor".

Los famosos se hicieron gracias a sus fans... los fans existen gracias a las disqueras que promocionan las canciones, con tanta efectividad que logran que una canción, a la que no le hubieses prestado atención en otras circunstancias, se convierte en tu canción favorita, y coincidentemente también es la favorita de otros tantos millones de personas. ¿Qué pudo haberme atraído de esa canción? Sí, tiene un ritmo movidito pero monótono, la letra, o no tiene sentido o es frívola y carece de sentimiento. Muy buen trabajo el de las productoras discográficas.

Las canciones que hoy están de moda y se escuchan hasta el cansancio, sobre todo el reggaeton y la cumbia (ojo: hay excepciones) tienen un bajo nivel de recursos líricos. Es más, creo que lo que hacen es escribir una canción por cada parte del cuerpo y así "rellenan" un disco. "Mueve tu cucu", "Los brazos arriba", "Mostrame tu ...", "Quiero comerte la ...", con términos vulgares, excluyendo, obviamente, partes como: los ojos, el rostro, o siendo más idealista, la personalidad, la dulzura, dejan de lado valores deseables que edifiquen y favorezcan al desarrollo integral de la sociedad.

Recuerdo cuando era chica escuchaba a Leodan, y en su música más atrevida le decía a una chica "usted no está ni comprometida ni casada ni nada, porqué no charlamos un ratito, para no sentirnos tan solos...". No digo que eran tiempos mejores en general, pero por lo menos la música no era tan apestosa como ahora... es un término fuerte, pero mi amor por la música me hace defenderla con el alma contra sus asesinos, mercantilistas del arte.

A veces pienso que al pueblo le gusta escuchar algo que no le comprometa a ser responsable de sus actos, sino algo que le anime a hacer lo que se le antoje sin medir consecuencias para sí o para los demás... eso me parece triste, pero es real.
La pregunta es ¿Qué hacer?

Yo estoy procurando hacer algo diferente, y no sólo con la música sino con mi propia vida... pero ¿cómo usar una herramienta tan poderosa como la música para algo que renueve las mentes de nuestra sociedad?

2 comentarios:

  1. Muy bien Angie! Falta hacer algunas correcciones de ortografía nomás...

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  2. Gracias Topacio! Cuento contigo para las correcciones. Sos lo más!

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