martes, 10 de agosto de 2010

La migración y su repercusión en la sociedad

Coincidimos en que la familia es la base de la sociedad. La difícil situación económica por la que estamos atravesando en Paraguay hace que tomemos decisiones que afectan negativamente en la salud familiar. Una de estas decisiones es el desmembramiento de la familia por causa de la migración.
Dejamos de lado otros casos en los que, personas solteras, que van a estudiar o trabajar, no dejan a sus hijos ni una familia de la que son cabeza. Por lo tanto no son protagonistas de grandes conflictos. Si tienen la fortaleza emocional y el espíritu de aventura para estar mucho tiempo lejos de casa, podrán salir triunfantes en su proyecto.
Es cierto que hay personas que han ido al extranjero, se proveyeron de capital y volvieron para dar a su familia lo que necesitaban, pero estos casos pueden contarse con los dedos. Lo normal es que, la persona que emigra y vive sola en el exterior, busque compañía para soportar la soledad y la angustia, lo que a veces y casi siempre deriva en infidelidad, y otras veces termina en el inicio de una nueva vida y el olvido de las promesas, los acuerdos, el cariño. Esto se debería, primero, a una baja calidad en las relaciones familiares previas al viaje, lo que hace que los lazos de pareja estén desgastados. Esto a su vez facilita el reemplazo del cónyuge por otra persona. En otras situaciones, en las que se da la infidelidad como una aventura, es el cariño hacia los hijos lo que hace que no se llegue al abandono.
El resultado común en los niños que tienen padres en el extranjero son: trastornos del aprendizaje, trastornos de conducta, temor al abandono, problemas de identidad, inseguridad, y muchas veces, lamentablemente, la repetición de la historia en sus propias familias.
Nadie amputa su familia para dejarla así. La esperanza es que el familiar regrese luego de un tiempo, cuando hayan juntado el suficiente capital para montar un negocio que provea equilibrio en los bolsillos.
Otra situación de la que somos testigos es la muerte de los compatriotas en tierras lejanas. A pesar de que se hayan ido con una salud de fierro recibimos la triste noticia de que “su corazón no aguantó”. Podríamos atribuir esto a la soledad, la discriminación, las dificultades, el esfuerzo o las privaciones que se sufren, manifestadas en forma psicosomática.
Los conflictos que vemos plasmados en cientos de anécdotas de compatriotas traen como resultado: hogares destruidos, pérdidas irreparables y una economía que, si bien luego e la experiencia es mejor, no produce los resultados que se esperaban. Como resultado vemos que, a pesar de que a veces mejoramos la situación económica de nuestra familia, no logramos adquirir el bien mayor: la felicidad.

1 comentario:

  1. Bueno. Nunca viaje al extranjero por trabajo o cosas asi pero al pensar en la gente cercana a mi que lo hizo, puedo ver que esta es una realidad triste pero vivida por muchas, por no decir, muchisimas familias. No creo (en lo personal) que el viajar al exterior ayude tanto a la familia como el estar cerca y unidos. No compensa el estar lejos de esposos/as, hijos/as, padres, etc. porque si el esfuerzo que se invierte en otros paises se imvirtiera en el nuestro, la realidad colectiva sería otra, muy diferente y alentadora.

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